miércoles, 6 de mayo de 2015

No pudiste romperme

Me tomó muchos años y mucha fuerza poder escribir esta carta. No sé si algún día llegue a su destinatario. Quizás ya no sea tan importante. Lo que sí es liberador poder finalmente expresar en palabras lo que durante tantos años he mantenido encerrado. Las heridas necesitan sanar, y éste es mi modo.




Á.,

Han pasado doce años desde esa mañana de un lunes de primavera en la que nos encontramos después de cuatro vueltas al sol sin vernos. Confieso que tenía ganas de verte después de tanto y a pesar de aquel desencuentro la noche que nos conocimos. Me entusiasmaba la idea de sentarnos con una taza de café en la mano y sostener infinitas charlas existenciales entre las que se colaba alguna que otra trivialidad.

Recuerdo que fue una mañana deliciosa. El aire estaba fresco,el cielo despejado, el sol iluminando nuestras sonrisas. El parquecito de la esquina escuchaba todas las historias que nos contábamos. Todo era simple,bonito y perfecto.

Volvimos a tu casa por ese café. Y por los libros. Te morías por mostrarme los libros que recién habías comprado. Me encantaba ver lo maravillado que estabas al leerme fragmentos de sus páginas.

Finalmente había aprendido a confiar en ti. Tú y yo sabemos por qué antes era tan difícil y lo que costó llegar a este punto. Yo ese día creí que genuinamente querías que pasáramos un rato chévere juntos, como cualquier par de viejos conocidos, como había sido hasta ese momento del día.Un reencuentro después de años. Y ya.

Me besaste. Te dije que estaba saliendo con alguien y que no estaba dispuesta a poner en riesgo esa relación. Entendiste. O fingiste entender, porque menos de 10 minutos después me besaste de nuevo, esa vez sin sutilezas.

Hay días en que todavía siento el peso de tu cuerpo imponiéndose sobre el mío; la fuerza con la que sujetabas mis muñecas por detrás de mi espalda.En mi cabeza escucho con claridad tantos “¡para, por favor para!” que entre sollozos se iban debilitando. En pocos minutos rompiste mucho más que la confianza.

Durante meses me costó entender por qué lo habías hecho, porqué no saqué más fuerzas para detenerte, por qué luego, en un momento de letargo emocional, permití que caminaras a mi lado para acompañarme hasta mi trabajo, por qué guardé silencio. Hay mucho que todavía no entiendo.

Sé que durante mucho tiempo tú tampoco habías entendido que habías hecho algo mal, que me habías dañado, pero eso no te exculpa. Sé también, por algún amigo en común que un día finalmente lo entendiste, y sé que, aunque alguna vez dijiste quererme, poco te importó.

 Lo que sí aprendí con el tiempo fue a dejar de sentir vergüenza, a no disminuirme por algo que hiciste tú, a no temerte, a ser fuerte, a no dejar que tu violencia me definiera aunque haya influido en quién soy hoy. No pudiste romperme.

No sé dónde estarás ahora, o si lo que me hiciste se lo has hecho a alguien más. Espero que no. Espero haber sido yo la única. Espero que sacaras algún aprendizaje de todo esto.

No espero en cambio que me pidas perdón, Á., porque ya te he perdonado. 

EDIT 2022: No sé por qué en el pasado, queriendo dármelas de fuerte, insistí en "haberte perdonado", pero sabes qué? No soy tan gran persona. How soy más sincera: espero que el karma te caiga. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario